¿MOSTRAMOS LO QUE SOMOS?

Que la búsqueda de la "perfección" no te impida conectarte con lo que de verdad te acerca un cambio de hábitos duradero.

Los momentos de crisis se silencian, no se muestran, se maquillan. Esa es una de las reglas estructurales de la “sociedad del no conflicto”, como la llaman los pensadores modernos.

Nos piden que seamos los mejores en lo nuestro, profesional y personalmente –sin importar el costo– para poder visibilizarlo. Así somos testigos de miles de fotos, videos, reels o historias que nos narran vidas “perfectas” y nos nublan la propia realidad.

Como digo en mi libro, Método #MarchettiRules, la actitud para aprender a nutrirte y comer lo que quieras, estamos frente la “tiranía del like”; ese clic que te deja valorar solo lo positivo, anulando la frustración y lo negativo, lo distinto.

Entonces, lo que mostramos, ¿es lo que somos? ¿O, en realidad, somos personas atravesadas por momentos difíciles que no sabemos ver como oportunidades?

Para alcanzar nuestros sueños y objetivos, es importante descubrir las causas principales de nuestra frustración, sus síntomas, sus ciclos. Solo así podremos resolver los problemas de raíz, en lugar de buscar soluciones mágicas y pasajeras.

¡Tengamos cuidado! Porque el deseo irreal de ser perfectos suele confundir nuestras verdaderas prioridades, haciéndonos buscar atajos y tomar el camino equivocado. Nos volvemos locos para alejarnos de lo que nos incomoda, ¡y es tan necesario para rediseñarnos! 

Evitar la frustración y la ansiedad sin miramientos puede llevarnos a que cualquier cambio de hábitos sea “tibio”, ineficaz, perecedero. Tenemos que entender que esos sentimientos difíciles son necesarios para crecer y para sumar otras perspectivas a nuestra realidad. ¡Son verdaderos motores para dejar de repetir y poder mirar hacia el largo plazo!

Hay que animarse a la aventura del autoconocimiento. No buscar el like ajeno, sino el propio; dejar de ir tras la perfección y empezar a caminar hacia nuestros verdaderos deseos; que las crisis sean un punto de inicio y no un punto final. Y que lo que sale mal también se muestre, se comparta, se trabaje en equipo y se capitalice.

Esa tarea depende de una sola persona… ¿la ves en el espejo?