La primavera, muchas veces, nos cambia la percepción de las cosas. El solo hecho de saber que empieza el calor, el aire libre, la posibilidad de recuperar la vida social después de este año y medio tan difícil, nos ubica en un lugar de optimismo y de querer salir a conquistar el mundo.
En ese contexto, queremos sentirnos mejor con nuestro cuerpo y cometemos el error de pretender erradicar, en un mes, los hábitos que arrastramos hace tiempo.
Creo que este momento es una buena excusa para resetear la cabeza y empezar un cambio real. En el que podamos despertarnos con la alegría de los chicos, que se levantan contentos porque van a hacer cosas que les gustan. ¡Así quiero que empecemos el día!
Así que si vas a empezar una dieta, que sea para un cambio real, y plagada de cosas que te gusten: rica comida, una actividad física que te motive y sobre todo, ¡más estabilidad emocional! No quiero que vayas del deseo al aburrimiento. De la dieta al rebote, del placer al displacer.
Tengamos una mirada amorosa sobre nosotros mismos y entendamos que la Pandemia nos corrió del movimiento y, en muchos casos, de la buena alimentación. Y ahora, en lugar de prentender un cuerpo fit en un par de días, lo mejor que podemos hacer es buscar la forma de reencauzar nuestra salud paulatinamente y a largo plazo, con una buena planificación.
¿Un primer paso? Empecemos a pensar intercambios inteligentes: menos productos inflamatorios, menos ultraprocesados y mucha más comida real. Y un poco de movimiento para acompañar. Con eso solito, en unas semanas vamos a empezar a notar los cambios.
Y a partir de ahí, te propongo ir incrementando la actividad física, buscando la que más te guste y mejor vaya con tus objetivos, mientras seguís profundizando tu cambio en la nutrición.
Hay un mundo de posibilidades para explorar entre todos los modelos de alimentación. ¿Querés disminuir el consumo de carnes? Explorá el mundo flexitariano o la alimentación basada en plantas. ¿Te gusta la idea de bajar los carbos? Aprendé sobre la dieta low carb, la keto o la paleo. ¿Querés mantener una alimentación más convencional, cuidando tus nutrientes y porciones? La dieta mediterránea tiene infinitas alternativas. Así, podés ir construyendo tu propio rompecabezas, eligiendo tu propia aventura y disfrutando el proceso.
Tu base tienen que ser la alimentación real (cuanto menos etiquetas y listas de ingredientes, mejor), la planificación y el movimiento. El resto, se va construyendo solo.
Salí a buscar tu mejor versión.