VOLVER A PONERSE EN MOVIMIENTO

Estar activos es un factor que favorece la salud física, pero también la emocional.

Sea en una maratón, en la clase de zumba, en el gym, sobre un mat de yoga o en la plaza haciendo calistenia, no hay edad ni tiempo para dejar de moverse. Estar activos es un factor que favorece la salud física, pero también la emocional.

Una de las tantas cosas que nos vino a demostrar la pandemia fue el valor de la actividad física, no solo por la necesidad de esparcimiento, sino también por la importancia de mantenerse en movimiento después de meses donde nuestra vida se redujo a los pocos metros cuadrados del hogar (más jardín, los afortunados); dejando como resultado un aumento de peso que, a nivel global, se estima que fue de unos cinco kilos en promedio.

Si antes primaban la falta de tiempo o el cansancio, en esta nueva realidad descubrimos cuánto deseamos tener esos momentos de ejercicio que tan bien le hacen a nuestra salud. Hoy, con la primavera a la vuelta de la esquina, es un buen momento para pensar si queremos dejarle lugar a las excusas o si vamos a alimentar la semilla del movimiento. ¡Y así lograr en invierno el cuerpo del verano!

En origen, los humanos éramos seres de movimiento, necesitábamos de la acción del cuerpo para sobrevivir. Hoy, en cambio, vamos de la cama a la silla y generamos una suerte de autoboicot, un efecto degenerativo que nos enferma el cuerpo y el alma. Es hora de cambiar de estrategia, reeducar nuestra forma de comer y aplicar la dosis correcta de ejercitación.

//Con mi equipo estamos diseñando el Desafío (+) Gym (-) Tele para que puedas empezar esta transformación acompañado. ¿Cómo lo ves? Ya te voy a contar más//

Estas son las recomendaciones que les doy a mis efocad@s cuando me preguntan cómo elegir la actividad física más adecuada: 

  • Que les resulte placentera ¡así pueden mantenerla en el tiempo! 
  • Que sea una ejercitación que su cuerpo está preparado para realizar sin lesionarse.
  • Que pueda (y vayan a) realizarla con la intensidad y asiduidad que precisa su salud-
  • Que esté alineada con sus objetivos, ya sean estéticos, de rendimiento o de salud.

Las opciones son miles: bailar, correr, andar en bici, hacer yoga o pilates, levantar pesas, practicar acrobacias, pole dance, calistenia, montañismo, remo, natación, jugar un deporte en equipo… ¿y la edad? ¡Toda la vida! Solo hay que adaptar la actividad a las posibilidadades  y resistencia de cada uno.

Además del consecuente beneficio en el cuerpo, el ejercicio activa otro fusible: a medida vamos entrando en la dimensión del movimiento, aunque sea con unas caminatas a la semana para ir rompiendo el hielo, empezamos a descubrir una reconexión con nosotros mismos, sobre todo si veníamos de un estilo de vida sedentario.

El mejor ejercicio es buscar, probar, divertirse, desencantarse, volver a empezar… en el camino vas a estar ejercitado y un día, sin darte cuenta, vas a haber encontrado la actividad física que te hace feliz.