DEJÁ DE REPETIR

Seguí estos pasos para transformar malos hábitos en nuevas rutinas.

Los hábitos son conductas repetitivas en las que nuestro cerebro descansa, se mueve en una zona segura, de confort. Nuestro mayor desafío es lograr que esos hábitos sean positivos. ¿Cómo podemos hacerlo?

Lo primero es comprender que un hábito está compuesto por tres fases:

  1. Gatillo o disparador: algo sucede y el cerebro interpreta esa señal para comenzar a actuar de un modo prestablecido.
  2. Rutina: es una acción física, emocional, o mental, que ejecutamos de forma repetitiva a partir del disparador.
  3. Recompensa: se da cuando la rutina que establecimos le brinda al cerebro un estímulo positivo y nos invita a replicarla.

Esos hábitos pueden estar alineados con nuestra salud o no estarlo; ya que, como seres humanos, somos seres sociales, imperfectos, con distintas experiencias, mandatos, prioridades y preocupaciones.

¿Qué podemos hacer, entonces, para que esos tres elementos nos ayuden a generar hábitos positivos? Imaginemos un cuenco: para llenarlo de nuevos sueños, decisiones distintas y objetivos renovados, ese recipiente tiene que estar vacío. Entonces, el primer paso será sacar de allí todos aquellos hábitos que nos hacen mal. Ni más ni menos que hacer espacio para dejar entrar lo nuevo.

Una forma de lograrlo es inspirarnos en estas cuatro acciones:

  • Transformar lo OBVIO en MENOS ACCESIBLE.
  • Lo ATRACTIVO, en DESAGRADABLE.
  • Lo SENCILLO, en DIFÍCIL
  • Lo que nos da PLACER, en algo que SABE A POCO

Si en tu rutina, lo OBVIO es llevar un turrón como merienda al trabajo, podés dejar de tener ese tipo de snack en tus alacenas. Cuando esa alternativa te sea MENOS ACCESIBLE, va a ser más fácil que puedas optar por opciones más nutritivas.

Si te da mucho PLACER tomar gaseosas, podés comprar una marca que no sea tan buena. Cuando empieces a consumir algo que te SABE A POCO, la respuesta del cerebro no va a ser tan positiva y vas a poder ir dejándolo de lado.

¿Te resulta resulta SENCILLO agarrar unas hamburguesas o una salchicha del freezer a la hora de cenar?Podés hacer que ese hábito te resulte más DIFÍCIL, reemplazándolas por legumbres o carnes precocidas y vegetales congelados. Así, cuando tengas que salir a comprar la hamburguesa, te va a resultar más rápido preparar otros platos. Para eso, lo ideal es pensar nuevas recetas y planificar mejor las comidas.

Podés encontrar ideas en todos nuestros recetarios

Cuando el cuenco se vaya vaciando y tus malos hábitos dejen paso a lo nuevo, podés usar algunas palabras de esta fórmula, también, para reforzar tus buenas costumbres. ¿Algunos ejemplos?

Imaginate que te es SENCILLO comer frutos secos: es ideal profundizar ese buen hábito organizándolos en bolsitas con las porciones que necesites de acuerdo a tu objetivo. Y así acostumbrarte a tener una colación que no sea menos ni más que lo que a tu cuerpo le hace bien.

¿Te resulta ATRACTIVO salir a correr, pero lo hacés sin constancia? Podés organizarte y poner horarios, ir subiendo el tiempo o los kilómetros recorridos, sumarte a un grupo de running, etc.

La lista de ideas sigue y la idea es que vayas creándola a tu medida. Lo importante es que si tu cerebro ya oprimió el gatillo (paso 1) diciéndote que hay que cambiar, es porque es hora de poner play con una rutina positiva (paso 2), para que tu recompensa (paso 3) sea, ni más ni menos, que convertirte en tu mejor versión.

Recordá que la manera más efectiva de cambiar hábitos no es centrarte en lo que querés lograr, sino en quién te querés convertir.