DEJAR LAS CARNES, ¿SÍ O NO?

Cómo consumirlas de acuerdo a nuestros objetivos y cuidando la salud.

La alimentación basada en plantas está ganando terreno. Muchas personas, por cuestiones de ética, de ecología o de salud, empezaron a virar a una dieta con menos presencia de carnes. Y así es como cada vez escucho más preguntas como estas: “¿Me conviene dejar las carnes?” «¿Son malas?» «¿Cuántas veces por semana debería comer?»

Las respuestas, como siempre, no son categóricas. Yo prefiero invitar al otro a reflexionar, porque no hay un sí o un no para todo el mundo. El hombre es naturalmente omnívoro, y eso le da infinitas posibilidades en el diseño de una alimentación equilibrada, siempre y cuando la planifique con buena información y la compañía de un profesional.

¿Qué tenés que saber si querés alinear el consumo de carne con tu salud?

1. La carne se caracteriza aporta proteínas de alto valor biológico, sin hidratos de carbono y con un contenido de grasa variable, que puede ir del 2 % al 40 %. Al ser tan amplio el porcentaje de grasa en el que oscilan, su consumo excesivo puede generar una alta ingesta de grasas saturadas y colesterol.

2. ¡Debemos seleccionar cortes magros! En la vaca son el peceto, el cuadril, la nalga y la bola de lomo; en el cerdo, el solomillo y el carré; el pollo, la pechuga. Los cortes medianamente grasos tienen entre un 3% y un 7% de grasa, como la tortuguita, el bife angosto, el roast beef o el lomo. Los cortes más grasos son el asado, el vacío y la falda, en la vaca; el matambre y la bondiola, en el cerdo; y las patas y muslos, en el pollo.

3. Elijamos distintas carnes. La de vaca tiene mayor contenido de colesterol y más grasas saturadas, que el pescado y pollo (¡Va una receta para inspirarte!). El pescado posee ácidos grasos poliinsaturados Omega 3, que es muy positivo para la salud cardiovascular. En la carne de cerdo, predominan las grasas monoinstauradas, que son menos dañinas que las saturadas.

Por último: a divertirse creando, que cuanta más variedad y color haya alrededor de esos cortes de carne, más equilibrada será nuestra alimentación.  El abanico es enorme: si lo hacemos con consciencia, podemos dejar las cranes por completo o consumirlas todos los días, sin que una ni otra elección repercuta en nuestra salud de una forma negativa. Quienes quieran explorar una dieta basada en plantas, adelante. Es fundamental que se nutran de buena información y que conozcan el ABC de la alimentación vegetariana, para cuidar todos los nutrientes que le cuerpo precisa.