¿Escuchaste hablar del tsukemono? Es una suerte de pickle que muchos japoneses eligen como desayuno cada mañana. Sí, ¡hay vida más allá de las tostadas! Aunque a nosotros los pepinos encurtidos solo nos remitan al topping de una hamburguesa.
Es hora de que empecemos a cuestionar la nutrición desde el punto de vista cultural. Estamos formateados para consumir lo preestablecido según la zona del mapa en la que hayamos nacido. Sin embargo, biológicamente estemos diseñados como seres omnívoros que pueden comer cuanta variedad se imaginen.
Va una idea: ¡demos el primer paso con los desayunos! Rompé estructuras, buscá recetas del mundo y enterate, por ejemplo, de que los catalanes empiezan el día con un pa amb tomàquet: un pan frotado con ajo, al que le agregan tomate fresco, aceite de oliva y pimienta molida. O que en Canadá hay tantas versiones de pancakes como familias y que en Islandia se cargan de energía con el hafragrautur, una avena tibia con leche a la que le suelen agregar frutos secos.
Hay desayunos salados, dulces, más y menos calóricos… y, sobre todo, hay muchos que en nuestros pagos consideraríamos un almuerzo: el famoso full breakfast inglés incluye distintos tipos de panes, huevos, salchicha, alubias y panceta. En Colombia preparan arepas con plátanos maduros, frijoles con arroz y, en algunas regiones, la changua andina, una sopa de leche, huevos y cilantro. Así hay infinidad de ejemplos alrededor del globo terráqueo: tostadas con salmón, tablas de quesos, carnes guisadas… y la lista sigue.
Con solo abrir la puerta a otras culturas podemos descubrir que a todas, de una u otra forma, les funcionan sus desayunos; y que podemos tomar de ellos lo que mejor se adapte a nuestros gustos y a objetivos nutricionales. ¡Porque no se trata de copiar modas! Sino de incorporar nuevos hábitos que vibren con lo que estamos buscando.
Si podemos inspirarnos en las sociedades más saludables, mejor aún. Por ejemplo, los japoneses son una de las poblaciones más longevas y con menor índice de obesidad en el mundo. Y aunque tu primer instinto sea escaparte de la idea de comer un caldo de pescado o porotos de soja a las 7 AM, podés empezar a abrir la cabeza. Todos somos animales de costumbre.
En nuestra tienda podés encontrar recetarios de desayunos, meriendas y snacks adaptados a distintos tipos de alimentación. ¿Cuál es el que mejor va con vos?
Tenemos que romper con los formatos que nos atan y darnos la posibilidad de planificar nuestra nutrición con muchísima más apertura. ¡Y siempre bien enfocados en lo que nuestro cuerpo necesita! Porque es probable que nuestro requerimiento calórico no sea el mismo que el de ese personal trainer estadounidense que seguimos en Instagram, ni el de un influencer nórdico que camina al trabajo por las calles nevadas de Oslo.
Cuestionemos nuestra cultura de lleno. Hagamos borrón y cuenta nueva. Todo lo bueno está por llegar.