NUTRIRSE «FUERA DE LA CAJA»

5 ideas para cambiar tu mindset nutricional

Thinking outside the box o “pensar fuera de la caja” es una expresión que se utiliza para definir eso que necesitamos tanto: mirar la vida por fuera de nuestra zona de confort.

Si a un niño pequeño le pedimos que pinte un dibujo,¿qué hace? Lo pinta escapándose de todos los límites. Como digo en mi nuevo libro, Nutrición al diván: “en ese acto divergente, los niños nos están enseñando algo: un estilo de libre asociación sin prejuicios, donde, casi inconscientemente, reconocen y rechazan el paradigma aceptado, generando ideas inéditas”.

Eso mismo, ese cambio de mindset, es lo que como adultos necesitamos para hacer más profundo y revolucionario nuestro cambio en la alimentación.

Algunos ejercicios para empezar a poner en jaque nuestro sistema de creencias y pensar fuera de la caja son:

  • Detectar si comemos como comemos por gusto propio o porque es lo que aprendimos en casa y lo seguimos aplicando a nuestra vida adulta sin miramientos.
  • Leer entre líneas todo lo que ofrece la industria y someter a juicio los conceptos de “saludable”, “porción justa”, etc. ¿Saludable y porción justa, para quién?
  • Tomar nota de las 8 a 12 recetas que más hacemos(todos nos movemos en esa cantidad, usualmente) y ver cómo podemos ampliarlas y hacerlas más nutritivas. Te propongo llegar, al menos, a 20. ¡Y en este recetario de primavera te dejo ideas!
  • Mirar con ojos críticos las dietas de moda y los productos mágicos. Nada que no sea un cambio de mindset profundo y personalizado va a lograr un cambio a largo plazo en tu vínculo con la comida.
  • Desconfiar de las redes sociales y de lo que le funcionó al de al lado. ¿Qué es ser normal? Hacé tu propio camino, con todo el asesoramiento posible e, idealmente, de la mano de un profesional. ¡También podés hacerlo en un equipo! Intercambiando experiencias y motivación con otras personas que están en la misma que vos.

Por último, para salir del tupper (del cultural y del autoimpuesto) es clave escucharte, conocerte, entender qué alimentos y hábitos le hacen mal a tu cuerpo, para ir dejándolos de lado e incorporando los que te llenen de vitalidad. Revolucionate y enamorate del proceso, que si le ponés alma y mente, lo mejor siempre va a estar por venir.