2023: PONETE EN EL CENTRO

¿Y si dejás de esperar que las cosas sucedan? Convertí tus deseos en acciones.

La palabra deseo a veces puede jugarnos una mala pasada. Desde chicos, nos dicen que los deseos los conceden la velitas de la torta y las estrellas fugaces. Si estamos cerca de Navidad, hay que pedir un deseo, porque se puede cumplir. Y si está cambiando el año, también, porque “con el año nuevo, llegan las cosas nuevas”.

Reflexionemos juntos: si siempre pusimos nuestros deseos en el afuera, ¿por qué nos sorprendemos cuando no se concretan? ¿Será que tenemos que transitarlos en primera persona? ¿Será que tenemos que poner play en lugar de lanzarlos a una fuente con una moneda?

Tampoco es tan cierto que el cambio de calendario opera como un “borrrón y cuenta nueva”: si seguís tomando las mismas decisiones, vas a tener los mismos resultados. Tu cuerpo, tu salud y tus emociones no entienden de meses, años, semanas o siglos, sino de buenas o malas elecciones.

Por eso, antes del cambio de ciclo, quiero proponerte que no le des tanta importancia a esa sensación mentirosa de que diciembre se lleva lo que no pudo ser. El cambio sos vos (y está en vos).

Pensate desde hoy como un fluir constante y ponete en el centro de la escena: que el deseo no sea el viaje, el trabajo, el auto, la casa, sino que puedas llegar a ser tu mejor versión, para convivir mejor y más feliz con todo lo otro que no se concrete. 

Eso es pensar los deseos fuera de la caja: ni salud, ni paz, ni amor. Nada de lo que veas en las tarjetas navideñas es para “desear”: la salud se trabaja todos los días, con buenos nutrientes; la paz se fomenta con organización; y el amor empieza por amarte a vos mismo y dejar de hacerte daño. Todo eso se logra con esfuerzo, planificación y ganas de cambiar. No sueñes, hacelo. Y no esperes al primero de enero.

Salí de la matrix cuanto antes y andá torciendo las varas o tutores que te haya puesto la vida, la familia, los amigos, la educación formal, tus propios miedos. Cambiá el mindset y, sobre todo, acordate que, como digo en mi libro Nutrición al diván:

Si bien profeso que cada uno cultive su propia individualidad, su propia ‘normalidad’ y no la que le impone el afuera, también entiendo que somos con el otro y que es muy difícil hacer un cambio de vida real sin tener en cuenta el contexto que nos rodea”.

Pensá y sentí en comunidad. Nutrite de quienes tienen objetivos similares a los tuyos. Ayudá a quien venga detrás experimentando tu mismo cambio y contagiá toda tu linda energía. Somos seres de cambio y podemos serlo desde mañana mismo, sin cuenta regresiva, sin las doce uvas y sin el brindis. Para pensar…