¿DETOX POST VACACIONES?

No hace falta ir todo el tiempo de los excesos a las restricciones. ¡Que tu verano tenga un final feliz!

En el Hemisferio Sur se van terminando las vacaciones de verano y de a poco las rutinas empiezan a volver a la normalidad. Y cuando hablamos de volver a ponerse en eje, empieza a sonar fuerte una palabra a la que ya saben que en #MarchettiRules no le tenemos mucho cariño: Detox.

Claro. Pasamos de los planes del calorcito, la comida abundante y un poco más de alcohol que el de costumbre… a tener que organizar la heladera y las alacenas para convencer al cuerpo de que “aquí no ha pasado nada”. Y para eso lo ponemos en modo “desintoxicante”.

Si embargo, esas dietas Detox que te convencen de que son capaces de limpiar el organismo de todos sus excesos en dos o tres días, tal vez no sean la mejor opción.

Suelen tener dos premisas: consumir jugos “mágicos”, combinando frutas y hortalizas, y eliminar harinas, azúcares, grasas, bebidas alcohólicas, café y sal.   

Todo esto promete un reset, un volver a empezar después del descontrol; sin embargo, no siempre se obtiene lo deseado. Porque a la sensación de liviandad de los primeros días (que no es por algo mágico, sino porque dejaste de comer cualquier cosa), le sigue una suerte de síndrome de abstinencia que te vuelve a arrojar al atracón.

**Todo método que promete soluciones a corto plazo suele llevarnos a volver a caer en malos nutrientes, porque nos hace sentir que ya tenemos la solución** 

Además, a los días de escasos buenos nutrientes de las vacaciones, le sumás días de escasos nutrientes en el intento de “limpiarte” con la modalidad Detox. Y eso, inevitablemente, genera más hambre y más desprolijidad. 

Te propongo tomar un camino más inteligente: ¡dejá de alternar entre el exceso y la limpieza! Después de días desenfocados, la salida más equilibrada no es un batido de vegetales, sino volver a tu plan: buena alimentación y actividad física. 

Por supuesto que se pueden hacer algunos ajustes para que sientas que tu organismo vuelve a la normalidad ¡pero sin excesos ni fundamentalismo! Van algunas ideas:

  • Hacer a un lado de tu dieta, por algunos días, los productos ultraprocesados.
  • Reducir el consumo de alcohol.
  • Optar por lácteos deslactosados.
  • Optar por frutas que no sean banana o uva.
  • En el caso de no hacer actividad física, evitar energéticos como cereales, tubérculos y productos refinados.

Eso te va a ayudar a desinflamarte, pero sin perder nutrientes o correr el riesgo de barrerlos con una dieta líquida plagada de fibra. Un punto intermedio, mucho más inteligente, y que te va a enseñar a dejar de moverte todo el tiempo entre el blanco y el negro.

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