“Los planes de alimentación se basan, principalmente, en el balance de los macronutrientes. Aunque esa palabra suene muy técnica, no hablamos más que de los carbohidratos, las grasas y las proteínas. Tres componentes que se conjugan a lo largo y a lo ancho de infinidad de alimentos y que cada persona necesita en menor o mayor medida, dependiendo de sus prioridades en cuanto a la salud, la estética y el rendimiento”.
Método #Marchettirules, La actitud para aprender a nutrirte y comer lo que quieras.
Nuestra energía, el desarrollo de nuestros tejidos, la regulación de procesos corporales, la conducción de impulsos nerviosos, entre muchos otros aspectos de nuestro bienestar, están comandados por ellos: los macronutrientes. Hablamos de los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas. Hoy queremos darte un pantallazo sobre ellos, porque una buena educación nutricional puede ser la clave para llegar más fácilmente a tu objetivo.
Son los responsables de proveernos glucosa y constituyen la mayor fuente de energía de nuestro cuerpo. La forma más nutritiva de incorporarlos es a través de granos enteros, frutas, hortalizas y verduras. Cuanto menos refinados o procesados los elijamos, MEJOR.
¿Son enemigos, como insisten en hacernos creer? ¡No! Solo hay que saber equilibrarlos de acuerdo a nuestros objetivos. Porque como aportan mucha energía, debemos asegurarnos de estarla gastando también.
GRASAS
Son una gran fuente de energía y cumplen funciones muy importantes, como transportar vitaminas, participar en el desarrollo de membranas celulares y cuidar el funcionamiento del sistema inmunológico.
Al igual que sucede con los Hidratos de Carbono, ¡no son una mala palabra! Lo importante es priorizar alimentos con predominio de grasas mono y poliinsaturadas, presentes en aceites vegetales, aceitunas, palta, pescados…en lugar de las saturadas, como las de la crema, la manteca o los cortes grasos de carne roja.
¡Son vitales en tu dieta! De ellas dependerá la estrategia del resto de los nutrientes.
Muchas enzimas catalizadoras de nuestro organismo son proteínas. Su función más importante es estructural, ya que forman parte de infinidad de tejidos. La hemoglobina, varias hormonas y la mayoría de nuestros anticuerpos también son de origen proteico.
Y aquí llega la gran pregunta: ¿solo podemos obtenerlas en los alimentos de origen animal? ¡No! Claro que las carnes o los huevos son una fuente excepcional de proteínas, pero hay muchísimos alimentos ricos en proteínas en el reino vegetal, como las legumbres, la quínoa, el tofu, el seitán, los frutos secos…
La clave, como siempre decimos, es obtener información de calidad y no caer en excesos. Porque todo es veneno y nada es veneno, depende de la dosis.
Del equilibrio de estos tres tipos de nutrientes, de la estrategia que elijas (por ejemplo optando por una dieta Low carb o inclusive una Keto) y de cuánta actividad física sumes a tur rutina, dependerá el desarrollo de tu nuevo estilo de vida.
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