Hoy venimos a desterrar la creencia de que después de los 50 «el cuerpo ya no puede cambiar». Y no solo a eso, sino a descubrir la mejor manera de tratar a nuestro organismo en esa etapa de la vida.
Al revés de lo que siempre nos hicieron creer, nuestro organismo mantiene una capacidad asombrosa de adaptación a cualquier edad, ya que el metabolismo no se «apaga» mágicamente después de los 50, sino que cambia su funcionamiento. ¿La clave? Entender estos cambios y usarlos a favor.
Músculos, tus mejores amigos
La masa muscular es la aliada secreta después de los 50, porque no solo mejora el metabolismo y la postura, sino que es fundamental para mantener la independencia y la calidad de vida. Para construir y mantener músculo saludable, nuestro cuerpo necesita:
- Proteínas de alta calidad distribuidas en todas las comidas del día
- Vitamina D y calcio para la salud ósea
- Antioxidantes que apoyen la recuperación muscular
- Ejercicios de fuerza regulares, adaptados a nuestro nivel, sumando una cuota de cardio todos los días.
- Cuidar el descanso, que es fundamental para la recuperación muscular y la claridad mental.
Nutrición integral: cuerpo y mente
Lo que comemos impacta directamente en la función cognitiva y el estado de ánimo. Tomemos como ejemplo a las culturas con las tasas más altas de longevidad saludable: ¿Qué alimentación eligen? Una rica en ácidos grasos omega-3, antioxidantes, proteínas de calidad y fibra. Todo eso, sin descuidar los vegetales de hoja verde, las hortalizas de distintos colores y las grasas saludables, para cuidar la conexión intestino-cerebro que es especialmente relevante después de los 50, donde los cambios hormonales pueden afectar el bienestar emocional.
¿En resumen? Este es el plan de acción:
- Distribuí tus proteínas a lo largo del día y asegurá que cada comida principal sea completa y nutritiva.
- Encontrá actividades físicas que disfrutes y que puedas mantener en el tiempo, el mejor ejercicio es el que podés sostener con regularidad.
- Dormí las horas que tu cuerpo necesite y buscá momentos de descanso activo.
La edad madura es el momento perfecto para priorizar nuestra salud. Tenemos la experiencia, la sabiduría y, probablemente, más tiempo para dedicarnos a nosotros mismos. ¿Qué estamos esperando?
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